FERNANDO J. LUMBRERAS
El Metro de Madrid amaneció ayer envuelto en una magia inesperada, de esa que solo la música —y DAVID BISBAL— saben provocar. A las 11:00h, la estación de Sol se ha transformado en un pequeño escenario luminoso donde el artista almeriense ha irrumpido por sorpresa para regalar a los viajeros un concierto íntimo, cálido y vibrante que ha marcado el arranque oficial del “Tren de la Navidad”. La rutina del andén se detuvo durante unos minutos: los murmullos del metro dieron paso a un coro espontáneo, a esas miradas cómplices que se encienden cuando la música irrumpe en lo cotidiano para volverlo extraordinario.
Allí, rodeado de una multitud entusiasmada, Bisbal abrió su actuación con “Todo es posible en Navidad”, su villancico cargado de luz y optimismo que forma parte de su álbum navideño homónimo. Como si invitara a creer, como si recordara que diciembre siempre trae un soplo de fe, el artista desplegó esa sonrisa suya que ya es casi patrimonio emocional de varias generaciones. Después llegaron “Los peces en el río”, “Burrito sabanero”, y un final apoteósico con el eterno “Ave María”, que convirtió la estación en un gran coro improvisado donde cada espectador encontró su propio latido festivo.
El evento contó también con la presencia del viceconsejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, José María García Gómez, quien fue testigo del ambiente único que se creó en el corazón del suburbano madrileño. Allí, el cantante, acompañado de sus músicos, no solo interpretó sus temas más populares, sino que logró romper la barrera entre lo cotidiano y lo extraordinario, sorprendiendo a quienes simplemente pasaban por la estación y se encontraron, sin esperarlo, con un momento digno de quedarse a vivir.
Tras el mini concierto, Bisbal se desplazó al andén de la línea 3 para recibir al “Tren de la Navidad”, decorado para estas fechas y preparado para transportar un pedacito de ilusión por toda la ciudad. Subió al convoy y realizó un trayecto festivo hasta la estación de Plaza de España, acompañando a los primeros viajeros que disfrutarán de este tren especial. El convoy circulará por la línea 3 hasta el día 6 de enero, extendiendo su espíritu alegre a quienes lo tomen cada día, como un recordatorio de que la magia navideña también viaja bajo tierra.
Hoy, el Metro de Madrid no ha sido solo un lugar de paso: ha sido un escenario, un abrazo colectivo, una celebración inesperada que quedará grabada en la memoria de quienes tuvieron la suerte de estar allí. Porque, como cantó Bisbal esta mañana, todo es posible en Navidad, incluso que el corazón de la ciudad se llene de música entre trenes y andenes.




