CÓDIGO BUSHIDO presenta “Robert Johnson” y “Platino y barro”, los dos últimos adelantos de su nuevo álbum ‘Multiverso’

FERNANDO J. LUMBRERAS

La cuenta atrás ha comenzado. CÓDIGO BUSHIDO está a punto de desatar su nuevo universo sonoro con Multiverso, un álbum que promete redefinir los límites del rock alternativo y la experimentación lírica. A pocos días de su lanzamiento, la banda sorprende con dos adelantos que condensan la esencia de su propuesta: “Robert Johnson” y “Platino y barro”, dos canciones que, aunque opuestas en energía, se entrelazan en un mismo hilo conceptual: la dualidad del alma y la búsqueda de redención.

Robert Johnson” es, sin duda, una joya escondida del disco. Inspirada en la mítica figura del bluesman que —según la leyenda— vendió su alma al diablo a cambio de un talento sobrenatural, la canción se alza como un homenaje visceral a la música con alma. Desde los primeros compases, el oyente es arrastrado a un paisaje árido y polvoriento donde las guitarras country se funden con coros épicos, y una voz rasgada, llena de matices, narra el pacto eterno entre arte y condena. La producción combina guitarras eléctricas reverberantes, sintetizadores envolventes y una percusión poderosa, creando una atmósfera casi cinematográfica. Su estribillo, repetitivo y liberador, termina por invocar la esencia inmortal del mito. En su tramo final, un inesperado cambio de ritmo y armonía recuerda que el legado de Johnson sigue ardiendo en cada nota.

Por su parte, “Platino y barro” abre el álbum Multiverso con la solemnidad de un manifiesto. Es la primera puerta de entrada al viaje sonoro del disco, y lo hace con un arranque introspectivo: un sintetizador etéreo que parece contener la respiración del universo antes del estallido. La calma tensa se rompe con versos que se clavan como advertencias —“no traigas ese incendio”, “no quiero más amor adulterado”— en una declaración de independencia emocional. Todo se transforma en el minuto y medio cuando una explosión de guitarras y batería rasga el silencio: es el despertar, el punto de no retorno, la irrupción de una nueva luz.

El tema se convierte en una metáfora del renacimiento, de navegar entre la tempestad y abrazar la contradicción —el platino y el barro, la pureza y la herida—. CÓDIGO BUSHIDO demuestra aquí su maestría para fundir lo introspectivo con lo monumental, lo humano con lo divino.

Con estos dos adelantos, Multiverso se perfila como uno de los lanzamientos más ambiciosos y emocionalmente intensos del año, un disco que no solo se escucha, sino que se vive como un viaje espiritual. El grupo, fiel a su filosofía de riesgo y profundidad, invita al público a cruzar con ellos las fronteras del sonido, donde la emoción y la crudeza se dan la mano.