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Este curso es importante porque el periodismo electoral no es solo una cuestión de contar votos o relatar mítines: es un pilar para que la democracia funcione. En España, cada cita con las urnas concentra tensiones políticas, emociones colectivas y una enorme cantidad de información que los ciudadanos necesitan comprender para ejercer su derecho al voto de manera libre y consciente. En ese escenario, los periodistas son el puente entre los hechos y la ciudadanía, y su trabajo exige rigor, responsabilidad y un profundo respeto por las normas que regulan los procesos electorales.
El curso ofrece a los profesionales de los medios la oportunidad de reforzar esa misión democrática. La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) y las directrices de la Junta Electoral Central (JEC) imponen obligaciones concretas a los medios: igualdad de trato a las candidaturas, respeto a los periodos de silencio y uso correcto de encuestas, entre otros. Sin embargo, no siempre es sencillo conocer y aplicar estas normas en redacciones sometidas a la presión del tiempo y a la competencia por la inmediatez. Comprender la normativa, y saber trasladarla a la práctica cotidiana, es tan crucial como dominar las técnicas de redacción o el uso de herramientas digitales.
Además, vivimos un momento en el que la desinformación, los bulos y los discursos polarizantes pueden distorsionar el debate público. Este curso brinda estrategias para verificar datos, mantener la imparcialidad y comunicar de manera clara y contextualizada, evitando que los medios se conviertan, aunque sea involuntariamente, en canales de propaganda o en amplificadores de rumores dañinos.
Por otro lado, el periodismo electoral también requiere sensibilidad: implica dar voz a todas las opciones políticas, incluidas las minoritarias, y cubrir a los colectivos más vulnerables con respeto y sin estigmas. La cobertura no solo influye en la percepción que los votantes tienen de los candidatos, sino también en la legitimidad de todo el proceso electoral.
En definitiva, este curso es importante porque ayuda a los periodistas a fortalecer la credibilidad del periodismo en una época en la que la confianza pública hacia los medios atraviesa desafíos constantes. Es una inversión en calidad informativa, en integridad profesional y en el derecho de la ciudadanía a recibir información veraz, completa y equilibrada. Un periodismo electoral bien formado no solo mejora la cobertura de una campaña: contribuye a la salud democrática de todo el país.