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Si hay algo que este 2021 ha traído de la mano es la conciencia colectiva de que es necesario reservar un espacio personal para el bienestar psicológico, físico y, sobre todo, propio.
En meses de gran incertidumbre y estrés que se han vivido durante este último año y medio la salud mental ha sido uno de los focos de atención que ha salido a primera fila para tomarse mucho más en serio de lo que hasta ahora se hacía. Y para ello, nada como apostar por seguir una Guía hacia el bienestar que permita encontrarse con uno mismo para poner en orden todas las facetas interiores propias y para poder proyectar la mejor versión de uno mismo hacia el exterior.
La prevención se ha convertido en una pieza clave para poner en relieve la necesidad de auto exigirse ese espacio propio en el que uno se sienta bien.
El estrés, la angustia, la incertidumbre y, por ende, en algunos casos, la depresión, están siendo algunos de los trastornos más habituales en consulta tras la pandemia. Y no solo en personas que se asumían frágiles, una de las grandes erratas sociales para este tipo de patologías, sino en personas que se asumían fuertes y con una capacidad de superación única.
¿Por qué los adolescentes están siendo diagnosticados a diario de algo que se asumía solo pasaba en entornos laborales o familiares complejos? Porque la mente ha sido la gran olvidada de la medicina y es clave para que una persona se encuentre bien en cada uno de los campos de su vida.
Darse el tiempo para descubrir, mediante una guía, cuáles son los puntos que provocan sufrimiento, qué provoca emociones desagradables o incluso qué obsesiona es solo el principio de un camino hacia el autoconocimiento que permitirá, paso a paso, conseguir ese equilibrio que permite disfrutar de relaciones sanas no solo con familia y amigos sino con el trabajo, el ocio o con uno mismo.
De hecho, uno de los pilares pasa por la programación neurolingüística, algo que permitirá, con técnicas, actuar, pensar y sentir de forma completamente acorde con la proyección que quiere mostrarse de uno mismo. Es la forma de comprender los procesos no solo emotivos sino mentales de cada situación vivida y por vivir con todos los sentidos.
Todo esto ha hecho que, estas vacaciones, vayan a ser unas de las más estudiadas a nivel psicológico porque, después de meses complicados, ponerse en orden es urgente.