LILIANA MONTES
PABLO LÓPEZ vuelve a demostrar por qué su piano se ha convertido en una extensión de su alma. El artista malagueño acaba de presentar “A paso lento”, una reinterpretación de su pieza más íntima, Sosegá, creada especialmente para conmemorar el centenario de Alhambra. Se trata de una balada pop de aire flamenco, en la que López entrelaza la calma y la hondura de su tierra con la sensibilidad de su voz y el pulso sereno de las teclas.
Con la producción musical de Javier Limón, uno de los grandes arquitectos del sonido mediterráneo contemporáneo, el tema se construye sobre un compás inusual —un cuatro por cuatro sin remate— que otorga a la canción una respiración distinta, como si cada nota caminara con el peso de la historia. No hay estribillo ni artificio, solo una corriente de emoción contenida en la que Granada emerge como símbolo de un legado cultural que trasciende el tiempo y la memoria.
El piano, protagonista absoluto, guía la melodía con un patrón hipnótico que se repite como un mantra, aportando profundidad y matices. Así, Sosegá se transforma en A paso lento, una meditación sonora sobre el paso del tiempo, la belleza y la serenidad.
El lanzamiento llega acompañado de un videoclip producido por Little Spain, bajo la dirección creativa de CHINA (LLYC), que refuerza la naturaleza introspectiva del proyecto. Inspirado en la estética minimalista y televisiva de los años 2000, el vídeo sitúa al piano en el centro de la escena, como testigo y cómplice de una confesión a media voz.
En tiempos de velocidad y ruido, PABLO LÓPEZ elige la pausa, la hondura y la verdad. A paso lento no solo celebra un siglo de historia musical, sino que recuerda que la emoción, cuando se interpreta con honestidad, no necesita correr para llegar al corazón.
