LILIANA MONTES
La música de MARLENA vuelve a encender la mecha de lo posible con “la victoria”, un nuevo lanzamiento que se agarra al pecho y late con la intensidad de las grandes declaraciones. Compuesta junto a Fito de Siloé y producida por Santos & Fluren, la canción se alza como un himno al amor imparable, épico y liberador, una pieza que habla del vértigo de abrirse otra vez, de la emoción ante lo inexplorado y de esa esperanza obstinada que vuelve cuando creemos que ya no quedaban milagros. En “la victoria” hay una promesa: volver a sentirlo todo, sin medias tintas, con la valentía de quien entiende que el corazón también sabe ganar. Anoche, sobre el escenario de la sala La Riviera de Madrid, Siloé les pasó el testigo de la gira Vibra Mahou, un gesto simbólico que confirma el momento dulce del dúo y que anticipa la energía de una nueva etapa; muy pronto se anunciarán todas las fechas y, a juzgar por el fervor que despiertan, esas noches tendrán la respiración de los grandes acontecimientos. La celebración no se detiene: este sábado 27 de septiembre MARLENA actuará en el concierto de Europa FM dentro de las fiestas de La Mercè, en Barcelona, una cita marcada en rojo que suma músculo a un calendario cada vez más ambicioso. “la victoria” llega tras el eco emocional de ‘Entre cuatro paredes y una verdad’, el álbum con el que Ana Legazpi y Carolina Moyano trazaron un mapa honesto de las fases del duelo, y después de una gira “A pleno pulmón” que se despide con la certeza de lo inolvidable: entradas agotadas en plazas tan exigentes como La Riviera (cuatro sold outs en un mismo año) y la sala 1 de Razzmatazz, además de escalas triunfales en Valladolid, Murcia, A Coruña, Cádiz, Sevilla, Lanzarote o Bilbao. A ese pulso arrollador se suma su huella en festivales de primera línea como O Son do Camiño, Interestelar, Sonórica o Les Arts, donde MARLENA ha firmado actuaciones que les han consolidado como una de las voces imprescindibles del pop nacional. Si algo distingue a “la victoria” es esa mezcla de impulso y ternura que recorre la canción: una épica íntima —la de los pequeños gestos que cambian destinos— y un deseo luminoso que desarma al oyente. MARLENA canta a cara descubierta, como quien cruza un umbral sin mirar atrás, y convierte la fragilidad en estandarte. Ahí está la clave: ganar no es imponerse, ganar es atreverse. Y aquí, en este estribillo que parece escrito para ser coreado en plazas y salas, late la certeza de que el futuro ya está llegando. Con “la victoria”, MARLENA mira de frente a lo que viene y lo nombra con belleza: que todo lo que duele puede transformarse en algo que nos salva.




