Tiempo de lectura aprox: 1 minutos
FERNANDO J. LUMBRERAS
A casa llena se reunió Marc Anthony con sus fieles en el Wizink Center para poner el broche de oro en España de su flamante gira ‘Historia Tour’, con la que ya ha cosechado éxitos y aplausos en no pocos rincones de nuestro país. Y aunque la cosa empezó tarde, con quince minutos de retraso, el salsero empezó con todo, con su invitación de baile sin concesiones, metiéndose al público en el bolsillo, hablando poco y cantando mucho, con una selecta orquesta que sonaba de lujo.
Catorce canciones componían el listado de éxitos que se pasearon por el escenario madrileño y que, a mi juicio, fue un repertorio corto para una trayectoria como la de MArc Anthony, de muchas decadas, muchos premios y muchos discos. Eché de menos ‘Vivir lo nuestro’, ‘Celos’, ‘Y ahora quién’ o ‘Escapémonos’, eché en falta más canciones de un disco que salió hace poco y que de momento en España está pasando sin pena ni gloria. Como suele decirse, nunca llueve a gust6o de todos, y eso que anoche cayó un buen aguacero antes de entrar.
Anthony evidenció que es un fantástico músico de directo que sabe hacer muy buenos discos de estudio. Y sobre la tarima su fuerza es indiscutible. Anoche se bailó y se cantó hasta el cansancio, sin invitados de lujo, solo él con sus músicos y el convencimiento de que se iba a triunfar desde la primera canción.
Un músico de esa talla es para tenerle dos horas por lo menos ahí arriba sin darnos tregua, regalando canciones sin piedad, así como el concierto que ofreció hace ya unos cuantos años en el extinto estadio Vicente Calderón, al que también tuve la fortuna de asistir.
Su historia se escribe y se canta en otros auditorios hasta un próximo regreso.