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FERNANDO J. LUMBRERAS
BLANCA VERGARA ha vuelto para desgarrarnos con dulzura. La joven artista mallorquina de solo 23 años presenta “besarte, mirarte”, una canción que captura como pocas el vértigo del desamor más obsesivo, ese momento en que el amor ya no está pero tampoco se ha ido del todo. Con una mezcla envolvente de sonidos pop y toques folk, el tema se convierte en un himno íntimo y adictivo, en el que la fragilidad emocional se mezcla con una producción cuidada y envolvente.
Este lanzamiento marca el inicio de una nueva etapa creativa para BLANCA VERGARA, más madura y cruda, pero sin abandonar la frescura que la ha hecho conectar con una legión de oyentes. Si por algo se distingue su estilo, es por esa capacidad para vestir letras dolorosas con melodías que no puedes dejar de tararear. Lo vulnerable y lo oscuro conviven en su propuesta con una honestidad brutal, que se siente tanto en los auriculares como en el pecho.
En plataformas digitales, su ascenso es imparable. En Instagram ya la siguen más de 52.000 personas, mientras que en TikTok ha alcanzado los 700.000 seguidores, viralizándose con temas como “te he visto mirarme”, que acumula más de 6.000 vídeos creados por fans. Y no es solo viralidad: su tema “27 DÍAS” llegó al Top 50 de Spotify España, posicionándola como una figura clave del nuevo pop español. Además, ha colaborado con artistas emergentes como Enol, abriéndose paso con una identidad clara y muy personal.
“besarte, mirarte” no es solo una canción: es una declaración de intenciones, un aviso claro de que BLANCA VERGARA no ha venido de paso. Quiere quedarse, removerte por dentro y romper con todo lo establecido en el pop nacional. Su universo, estéticamente cuidado y emocionalmente afilado, se siente cada vez más sólido y auténtico.
Desde Mallorca para el mundo, BLANCA VERGARA confirma que el futuro del pop español tiene nombre propio. Y mientras esperamos su próximo álbum, esta canción es la prueba de que las emociones más crudas también pueden bailarse, susurrarse y, sobre todo, sentirse.