ANTONIO OROZCO lanza El tiempo no es oro, el disco más íntimo y trascendental de su carrera

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LILIANA MONTES

ANTONIO OROZCO ha vuelto y lo ha hecho por la puerta grande. Su nuevo trabajo discográfico, titulado El tiempo no es oro, marca un antes y un después en su trayectoria artística, una obra profundamente personal que él mismo define como “el mejor disco de su vida”. No son palabras al azar: el álbum reúne trece temas inéditos que nacen desde las entrañas del artista y que invitan al oyente a una introspección pocas veces vista en el panorama musical actual.

Canciones como Te juro que no hay un segundo que no piense en ti, Te estaba esperando o Lo inevitable desnudan el alma de Orozco con una sinceridad que conmueve. No se trata solo de música: este disco es una declaración vital, una meditación sobre lo más esencial de la existencia.

Con El tiempo no es oro, Orozco rompe con el refrán popular que hemos escuchado toda la vida. Para él, el tiempo es más que riqueza: es vida, memoria, oportunidad. “Ya le gustaría al oro ser tiempo”, sentencia el artista, que reconoce que, si pudiera pedir un deseo, sería precisamente ese: más tiempo para vivir, para parar, para seguir.

Este álbum no solo es un proyecto musical, es una llamada urgente a habitar el presente, a escapar de la trampa del ritmo acelerado que nos impone la vida moderna. Orozco nos invita a detenernos, a observar, a sentir… a respirar.

“El tiempo no es oro es mi nuevo sistema operativo”, afirma con convicción. “Elimina errores que dábamos por hechos. Es la verdad que nunca contamos, lo que siempre olvidamos, lo que tanto temimos”. Y así, tema tras tema, el disco se convierte en una travesía emocional y filosófica, donde el amor, el dolor, la pérdida y la esperanza se entrelazan con una madurez poética arrolladora.

Para celebrar este lanzamiento tan especial, Orozco presentó el álbum en la Galería de Arte David Bardía, acompañado por una exposición única del artista Pepe Baena. En ella, cada canción se transformó en una obra de arte visual, creando un diálogo íntimo entre la música y las artes plásticas, y reforzando así el mensaje profundo de este trabajo: que el arte, en todas sus formas, puede ayudarnos a comprender mejor la vida y el paso del tiempo.

El tiempo no es oro no es solo un disco: es un manifiesto emocional y existencial, una joya sincera y necesaria en estos tiempos de prisas y olvidos. Con este trabajo, ANTONIO OROZCO no solo se supera, sino que nos entrega su versión más humana, valiente y luminosa.

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