LILIANA MONTES
El tiempo pasa, pero hay canciones que se quedan a vivir para siempre en la memoria colectiva, y PECOS es uno de esos nombres que siguen latiendo con fuerza en el corazón de varias generaciones. El icónico dúo formado por los hermanos Javier y Pedro José Herrero Pozo está a punto de poner el broche de oro a una de las giras más emocionantes y exitosas de los últimos años, “Dos Voces y Una Historia”, con dos conciertos prácticamente agotados en el Palacio Vistalegre de Madrid los próximos 20 y 21 de diciembre. Serán las últimas noches de PECOS en la capital, antes de cerrar definitivamente este viaje el 28 de diciembre en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
La gira, concebida como una celebración de sus 45 años de trayectoria, ha sido mucho más que un ejercicio de nostalgia. Ha sido la confirmación de que su música sigue viva, necesaria y profundamente emocional. Más de 250.000 entradas vendidas y llenos absolutos en todas las ciudades dibujan un éxito incontestable que demuestra que PECOS no pertenece al pasado, sino a un presente donde sus canciones siguen encontrando nuevos oídos y viejas emociones.
Madrid vivirá ahora el colofón más emotivo de este recorrido, dos noches que prometen convertirse en auténticos rituales de memoria compartida. Sobre el escenario sonarán himnos que forman parte del ADN sentimental de nuestro país, como “Háblame de ti”, “Esperanzas” o “Señor”, canciones que han acompañado amores, despedidas, adolescencias y silencios a lo largo de décadas. Cada verso, cada melodía, será un reencuentro con lo que fuimos y con lo que aún somos.
El fenómeno de “Dos Voces y Una Historia” ha servido para reafirmar el estatus de PECOS como uno de los dúos más queridos, longevos y respetados del pop español, capaces de llenar grandes recintos sin artificios, solo con canciones honestas y una conexión emocional que no entiende de modas ni de algoritmos. Madrid se prepara así para despedirlos como se despide a los grandes: con emoción, gratitud y la certeza de haber sido parte de una historia que ya es eterna.




