EL DISCO DEL AÑO: Fito & Fitipaldis, El monte de los aullidos

Fito Cabrales vuelve a hacer de las suyas, pero esta vez desde un lugar mucho más íntimo y valiente. El monte de los aullidos no es un disco que quiera encajar en la radio ni hacerse viral: es un refugio. Un trabajo donde Fito aparca el piloto automático y se planta frente al micrófono con una honestidad que casi duele. Tras cuatro años de silencio discográfico, el bilbaíno regresa sin artificios, sin buscar el estribillo que todo el mundo corea, y apostando por una forma de grabar casi artesanal, como en los viejos tiempos.

Lo primero que sorprende no es una canción, sino una atmósfera. El álbum huele a otoño, a madera, a estudio pequeño y luces cálidas. Las guitarras suenan vivas, imperfectas, reales. Y la lírica, sombría pero luminosa en su verdad, nos recuerda que Fito no tiene nada que demostrar: solo cosas que contar. Con 59 años, firma uno de esos trabajos que no aspiran a llenar estadios, sino a quedarse a vivir en quien lo escucha. Es un Fito más introspectivo, más crudo y más libre. Y quizá, por eso mismo, más grande que nunca.

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