RUGGERO lanza “Polanco”, una oda a la libertad emocional y al poder de la música

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LILIANA MONTES

RUGGERO regresa con fuerza con “Polanco”, su nuevo sencillo que llega tras el éxito de No Me Gusta y Lady Madonna, marcando una evolución sonora más íntima, global y libre. En esta etapa artística, el cantante italiano-argentino se sumerge en una narrativa más visceral, que conecta con quienes alguna vez intentaron bailar el dolor para dejarlo atrás.

La canción fue compuesta junto a Facundo García y Nico Valdi, miembros del popular dúo Migrantes, y producida por este último. Más que un guiño geográfico a una emblemática zona de Ciudad de México, Polanco es una metáfora de lo que queda cuando el amor ya no está. En palabras del propio artista: “Polanco no soy yo, es ella. Yo solo la veo bailar”. Y es que la protagonista de esta historia se lanza a la pista en busca de sí misma, intentando olvidar, curarse y liberarse a través de la música.

La producción audiovisual, dirigida por Indiana Kohen Lumer, ya responsable de sus videoclips anteriores, se aleja del formato tradicional para presentarnos una pieza visual cercana al concept video. Vemos a RUGGERO en un coche, acompañado de amigos, con una atmósfera de previa nocturna, donde la música se convierte en una chispa emocional antes de salir a la calle a devorar la noche.

“Polanco” no solo refuerza la faceta musical del artista, sino que llega tras un año crucial en su carrera actoral. Su papel protagónico en la ambiciosa adaptación de Cien Años de Soledad para Netflix ha sido aclamado por la crítica, valiéndole nominaciones en galardones de renombre como los Premios Platino, Peabody, India Catalina y Aura Awards, donde la serie ha cosechado importantes reconocimientos.

Con este lanzamiento, RUGGERO confirma su madurez artística y su capacidad para fusionar pop contemporáneo con alma latina, con una cinematografía emocional y letras que reflejan experiencias compartidas. Polanco es, en definitiva, esa canción que se convierte en refugio, en impulso, en espejo. Porque todos, en algún momento, hemos querido dejar atrás una ciudad… y encontrarnos bailando en otra.

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