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Una vez más Vives sorprende y suma su talento a grandes de la música incluyendo a Camilo, Ricky Martin, Fito Páez, Pedro Capó, ChocQuibTown,  Dread Mar I, Mau y Ricky, Lucy Vives, Katie James, Milly Quezada, Jandy Ventura, Cholo Valderrama, Clemente Mérida, Black Eyed Peas y Play-N-Skillz

“Cumbiana II” disponible ya en todas las plataformas de música digitales.

El ícono global de la música, Carlos Vives presenta hoy su nuevo álbum “Cumbiana II”. Bajo el sello de Sony Music Latin, este nuevo álbum, aunque trabaja con las matrices de las músicas tradicionales de las culturas anfibias de Colombia, al igual que Cumbiana I, está lejos de ser un álbum típicamente tradicional.   Cumbiana II se grabó entre Colombia, Estados Unidos y Puerto Rico con Carlos Vives, Martín Velilla y el guitarrista Andrés Leal como productores principales.  Además, es el segundo álbum que nace de la exploración expansiva e inédita de Carlos Vives, para hacer música moderna a partir de sonidos percutivos y melódicos de la ancestral Colombia, que está en los orígenes y la evolución de la cumbia, la convergencia de ritmos y culturas que él define simbólicamente como «todo lo que somos». 

«En nuestra música no se puede hablar de hacer fusión», dice Vives«Ya empezó como una fusión, no tomamos el rock de ninguna parte, lo sacamos a partir de electrificar nuestras percusiones originales y de cantar como hablamos».

Vives rastreó los orígenes de la cumbia hasta los humedales ancestrales de Colombia en el río Magdalena, fuente de los ritmos indígenas que luego se fusionarían con los cantos de los esclavos africanos y los sonidos de los instrumentos traídos a América por los colonos españoles, que sufrirían infinitas evoluciones al recorrer las pistas de baile del mundo. En Cumbiana, ganador de varios premios Grammy Latinos, Vives llevó las posibilidades de esas fusiones originales más lejos que nunca, desafiando las fronteras estilísticas y geográficas, y saltando libremente hacia adelante y hacia atrás en el tiempo.

Para Cumbiana II, su decimoquinto álbum de estudio, Vives encontró un punto de partida conceptual en la mitad del siglo XX, cuando la naciente industria musical llevó por primera vez el sonido grabado de bandas colombianas a las capitales de la industria musical latinoamericana, como México y Argentina, generando un nuevo sonido en estos países y una corriente cumbiera. Los ritmos se combinaron para crear nuevos ritmos, y los desconocidos se convirtieron en amigos.

Con el espíritu de esa especie de sesión musical infinita, Cumbiana II tomó forma. El resultado son 14 nuevas canciones que podrían parecer colaboraciones improbables, pero eso es sólo antes de escucharlas. Incluye un tema con el rockero argentino Fito Páez que Vives tituló «Babel», un nombre que hace referencia a la torre bíblica de la falta de comunicación.

Si hubiera un eslogan para Cumbiana II sería «unidos en la diversidad», según Vives, una descripción corroborada por una lista de artistas que lo acompañan, que incluye a Camilo, Ricky Martin, Pedro Capó, Black-Eyed Peas, Play-N-Skillz, Mau y Ricky, la cantante irlandesa-colombiana Katie James, el argentino Dread Mar I, los dominicanos Milly Quezada y Jandy Ventura, los pioneros del hip hop del pacífico Colombiano Chocquibtown, el maestro folclórico colombiano Cholo Valderrama, el juglar llanero Clemente Mérida, y la hija de Vives, Lucy Vives. La mezcla sonora del álbum de vallenato romántico, pop, cumbia, hip hop, rock, reggaetón, tango, electrónica, merengue, bambuco colombiano y currulao del Pacífico es, en palabras de Vives, moderna, no tradicional y deliberadamente comercial.

«Combinamos cosas que parecen no tener nada en común», dice Vives, señalando que un diálogo tan dispar y claramente no conflictivo es «el tipo de mezcla que sólo ocurre a través de la música».

Las capas de ritmos y melodías del paisaje sonoro también incluyen el canto de los pájaros, el croar de las ranas, el sonido del agua que fluye y la lluvia que cae del cielo. La conciencia de Vives sobre el mundo natural y la responsabilidad de los humanos en su cuidado se entrelaza tan perfectamente en canciones como «Montaña Solitaria», «Cinerama» y «Pagamento» así como en la vida cotidiana de Vives.

La gratitud es un tema presente en Cumbiana II, ya sea en su abrazo a los legados ancestrales y al medio ambiente, o en las canciones que rinden homenaje a Shakira, y a su ciudad natal de Barranquilla, o al fallecido pionero del merengue Johnny Ventura. Las canciones con Ricky Martin y Pedro Capó, respectivamente, son oportunidades para que Vives proclame su amor por Puerto Rico.

Con la inclusión de temas en los que participan jóvenes artistas como Camilo y Mau y Ricky, Cumbiana II también honra el lugar que ocupa Vives en la música latina.

«Cuando decidí probar a tocar vallenatos, los vallenatos me enseñaron que la cumbia era la mamá, que me presentó a todos los hermanos. Con eso me refiero a los diferentes ritmos, formas de tocar la batería», dice Vives, reflexionando una mañana mientras se sentaba en el salón de la casa de su difunto padre en su natal Santa Marta, donde, cuando era niño, los amigos se reunían los viernes para tocar boleros, vallenatos y otros estilos colombianos. «Me gustaba tocar ritmos y con esos ritmos hacer canciones. Quería hacer esas canciones más comerciales, como el pop, por eso lo llamaban tropipop. La gente decía que Carlos Vives había unido dos mundos que hasta entonces no se podían combinar».

Procedente del lugar, real y re-imaginado, que él llama Cumbiana, un territorio colombiano de ríos, ciénagas y montañas, donde nació la cumbia y desde donde la música y las culturas que engloba han resonado en todo el mundo, Vives estaba destinado a seguir desvelando las historias que le cuentan este lugar, sus instrumentos y sus artistas, y con ellas, forjar un camino hacia el futuro.

«Mi trabajo siempre ha sido hacer saber a la gente que estamos más unidos de lo que las normas, la política y las fronteras nos permiten», dice Vives. «Y esa es la alegría de Cumbiana II».